Diablo IV: una review post-actualizaciones

Han pasado seis meses desde el lanzamiento de Diablo IV y ya con varias actualizaciones encima y dos temporadas temáticas, es un buen momento para re-analizar la experiencia.

Cuando fue lanzado, la crítica de Diablo IV fue en general muy positiva, especialmente por su buena campaña, situada en un mundo que se sentía más oscuro, cohesivo, que te invitaba a recorrerlo hasta el último centímetro, buscando calabozos secundarios y eventos para ganar experiencia e ir obteniendo el tan deseado loot.

Después de varias actualizaciones y dos temporadas temáticas, es un buen momento para rejugarlo y ver cómo ha evolucionado Blizzard la fórmula, qué cambios hizo y si había logrado mejorar el end-game, que fue el punto más flojo cuando el juego salió en los primeros días de junio.

Como todo juego live-service, hay una evolución constante, aunque no siempre para mejor, ya que esa necesidad de presentar algo nuevo constantemente para mantener a una buena cantidad de jugadores interesados, y gastando dinero en pases o cosméticos, puede resultar un arma de doble filo.

La buena noticia es que, en octubre, junto a la segunda temporada llamada Season of Blood, los cambios introducidos corrigen muchas de las quejas de la comunidad, dando un juego renovado.

Lo primero que vas a notar es que los personajes nivelan considerablemente más rápido, hasta un 40% más que antes, con lo que el ritmo del juego, la sensación de progreso, mejora considerablemente. Llegar a nivel 50 no solo es más rápido, sino que, al hacerlo, las cosas no parecen estancarse como antes, con enemigos que ahora dan mucha más experiencia, con drops más interesantes y boosts con mayor impacto.

No solo eso, Blizzard te permite incluso saltarte la campaña, para probar personajes nuevos sin necesidad de volver a jugar las 20hs que te llevará la batalla contra Lilith, enfocándote en las misiones de la temporada, con los nuevos poderes y habilidades que incluyen.

Otra cosa que es más rápida son los caballos, en todo sentido. Corren más rápido y los cooldowns se bajaron a la mitad, con lo que usarlos es más útil y se siente mejor en la dinámica del juego.

El otro aspecto clave de la experiencia que mejora es el recorrido de los calabozos, con mucho menos backtracking y mayor variedad. Si ya estabas en el end-game y estabas sintiendo que dabas vueltas por el mismo camino una y otra vez, deberías reintentar adentrarte en Sanctuary una vez más.

Otro cambio más que positivo, aunque no del todo suficiente para nuestro gusto, está en el manejo del inventario. Las gemas son consideradas ahora un recurso y no ocupa lugar en tu inventario, así como los 3 tiers más bajos de ítems una vez que accedas a los World Tier 3 y 4. Seguimos sintiendo que el espacio disponible es muy limitado, especialmente para nuevos jugadores, cuando no estás seguro del build que querés hacer, o qué personajes te gustaría probar más adelante, pero también entendemos que el manejo del inventario es parte de la dinámica de Diablo y está diseñado para hacerte pensar en tu build en lugar de guardar todo por el hecho de guardarlo, es como un juego en sí mismo.

El end-game se vuelve más interesante para los que buscan ítems únicos y uber únicos, que tienen efectos que cambian completamente un build. Al llegar a nivel 100, vas a poder farmearlos en batallas con los jefes de ese mismo nivel, donde la posibilidad de un drop se incrementa lo suficiente para que no pases una vida entera buscándolos.

Con todos estos cambios, el Diablo IV que podés experimentar a finales de 2023 es mejor por donde lo mires respecto a su primera versión. Podríamos arriesgar que lo es en menor medida para los jugadores más casuales, donde ya el juego parecía hacer casi todo bien, pero para los que están en el end-game, estas actualizaciones hacen toda la diferencia.

El 2024 parece ser incluso más interesante todavía, con dos temporadas más y una expansión que se está preparando. No solo eso, sino que a finales de enero, junto a la temporada 3 llegarían desafíos semanales con rankings y recompensas y más actividades para el end-game. Hay muy buenos motivos para seguir jugando Diablo IV o agarrarlo por primera vez si, hasta ahora, no lo habías hecho. Diablo IV está mejor que nunca.